Libertad Religiosa - Noticias de 2009

Nueva profanación de una iglesia en la India

el . Publicado en Noticias de 2009

Inicio desactivadoInicio desactivadoInicio desactivadoInicio desactivadoInicio desactivado
 

La iglesia católica de San Antonio, en Kavalbyrasandra, a las afueras de Bangalore, fue objeto de actos de vandalismo y de profanación la noche del sábado 7 de noviembre, informó “Eglises d'Asia”, la agencia informativa de las Misiones extranjeras de París (MEP).

El sacristán lo descubrió al abrir la iglesia para preparar la Misa dominical, sobre las cinco de la mañana, el 8 de noviembre. El tabernáculo estaba roto y las hostias, en el suelo. Habían saqueado los armarios, forzado las cajas de las limosnas y robado un cáliz de oro, dos copones y otros objetos litúrgicos.

Según el párroco, el padre Arockiadas, la iglesia, que cuenta con más de cinco mil fieles, había vuelto a abrir, después de unas obras de ampliación, el pasado 11 de septiembre, y no se había registrado ningún incidente o enfrentamiento con las comunidades no cristianas.

Niño hindú
Niño hindú

El arzobispo de Bangalore, monseñor Bernard Moras, ha denunciado la falta de respuesta del Gobierno ante una nueva profanación de una iglesia en el Estado indio de Karnataka. El Estado de Karnataka ha sufrido “muy numerosos ataques a iglesias”, pero “no se ha detenido a ningún culpable, a pesar de las promesas que me han hecho las fuerzas policiales”, denunció monseñor Moras. El prelado declaró que está sorprendido por la inacción del Gobierno y que ha perdido totalmente la confianza en la policía.

“Estoy profundamente herido por esta profanación del Santísimo Sacramento, que está en el corazón de nuestra fe”, declaró. También llamó a la calma a los fieles. Casi mil se reunieron en la iglesia para rezar.

La policía ha patrullado en la zona con perros policía, y los expertos han intentado buscar indicios.

El pasado 10 de septiembre, otra iglesia sufrió ataques vandálicos, mientras los cristianos de Karnataka se preparaban para conmemorar el triste aniversario de los ataques anticristianos del año pasado, perpetrados por unos extremistas hindúes.

Aquel día, la iglesia de San Francisco de Sales, en Hebbagudi, en las afueras de Bangalore, fue forzada en plena noche por un grupo de unos 25 individuos no identificados. Rompieron una decena de ventanas y destruyeron las estatuas de un via crucis levantado ante el santuario.

El párroco hizo un llamamiento al Gobierno del Estado: “Reclamamos justicia ante el Gobierno y ante las autoridades correspondientes para que los ciudadanos indios puedan practicar su religión con seguridad”.

En ese momento, un acalorado debate agitó la Asamblea legislativa de Karnataka. Uno de los líderes de la oposición denunció: “Desde que el Bharatiya Janata Party (BJP) llegó al Gobierno en mayo de 2008, no han cesado los ataques a iglesias, mezquitas y otros lugares de culto; no hay armonía social ni religiosa”.

Después de Orissa, epicentro de la violencia anticristiana de 2008, el Estado de Karnataka ha sido uno de los más afectados por los ataques, con más de cuarenta lugares de culto saqueados y numerosos cristianos agredidos y gravemente heridos.

La inacción, o la complicidad del Gobierno y de la policía durante los ataques, fueron señalados con el dedo, en particular por monseñor Moras. Como había hecho con Orissa, el Gobierno federal amenazó entonces al de Karnataka con hacerse cargo de la situación si el Estado se mostraba incapaz de controlar a los fanáticos hindúes. La Constitución del país permite una intervención federal si uno de los Estados ya no puede proteger los derechos de los ciudadanos.

Según las estadísticas oficiales el Estado de Karnataka contaba en 2001 con más de 53 millones de habitantes, en su gran mayoría hindúes. Los musulmanes representan en torno al 12% de la población, y los cristianos, menos del 2%, sufriendo regularmente los ataques de fundamentalistas hindúes.

Como durante el ataque del pasado mes de septiembre, el ministro del Interior de Karnataka, V.S. Acharya, miembro del BJP, calificó la profanación de la iglesia de San Antonio como “incidente menor”.